"La pregunta es obligada ¿porqué hablar de la dignidad
de la persona humana en el siglo XXI? ¿Qué ha sucedido
con los significados de las palabras dignidad y persona
humana que nos exigen volver sobre ellos para entender
nuestro quehacer cotidiano? ¿Cómo estamos entendiendo
a las instituciones que exigen hablar de ética?
R. Gasperin
¿Por qué será que cuando se entra a temas "polémicos" (desde mi punto de vista no deberían serlo), las personas, emiten sus opiniones de manera inmediata, desde el apasionamiento o desde la ignorancia o desde defender posiciones indefendibles o desde la falta de un análisis aunque sea mínimo de hechos, responsabilidades y consecuencias? Hace algunos días, impartiendo un curso, escuché cómo uno de los participantes justificaba con vehemencia las razones por las cuáles la piratería es válida -no es la primera vez que sucede-, se recomienda ver el video "Ilícito -dinero, drogas y corrupción" de National Geographic, realizado en 2009.
Es verdad que al hablar de éste y otros temas que tendemos a complejizar, criticar, deshacer, rehacer, inventar y reinventar, tendemos a dar la razón a lo que no puede tenerla. Si partiéramos de principios básicos como autonomía, beneficencia, no maledicencia y justicia nos daríamos cuenta de que necesariamente debemos hacer un alto. Observarnos íntimamente y luego manifestar el resultado de nuestra toma de postura como producto de una profunda reflexión acerca de nuestro actuar, de nuestra interpretación de la realidad, del mundo que a veces construimos muy retirado del ser.
Recordemos dos preguntas clave, la primera relacionada con la moral "qué voy a hacer" y la segunda con la ética "por o para qué lo voy a hacer y/o lo hice". Preguntar qué de nuestros actos nos ayudan a ser mejores personas en lo individual y en lo social, enriquece. Preguntar para qué, siempre dará razones de peso suficientes cuando se antepone el bien común y, entonces, seremos capaces de asumir la responsabilidad y el compromiso de reconocernos como parte de nuestra coumunidad cercana y lejana.
Al bien común se antepone el bien individual, difícil ¿verdad? y a la vez tan sencillo, especialmente cuando somos capaces de mirarnos en el otro y nos disponemos a trabajar hombro con hombro pues creo que entonces, de alguna manera se funden lo individual y lo social. Entre más nos encerremos, menos podremos construir, más barreras elevaremos, más complicaciones se generarán. Entre más nos permitamos espacios para crear, construir, inventar en pos del bien de todos, mejores posibilidades se abrirán.
La piratería no vende. No hay justificación. Eres o no eres. Haces o no haces. Actúas o no actúas. Respondes o no respondes a este mundo del cual somos huéspedes a veces muy indeseados a causa de nuestros actuares irreflexivos. El dinero mal habido, no vende. La droga, prácticamente bajo ninguna circunstancia, no vende. La corrupción hermanada con la impunidad, tampoco venden. Algunas personas creen que sí. Algunas piensan que ganando ellas, los demás no importan ¿ética light o analfabetismo ético?
Piratería, dinero sucio, droga, corrupción e impunidad son producto de la irresponsabilidad, de la falta de sensibilidad, de tomar a la ligera la vida, de no querer o no saber mirar más allá de lo inmediato. De vivir en una burbuja de confort que a lo mejor gusta, a lo mejor no, pero que no interesa romper. En buena medida la piratería, el dinero sucio y la droga vienen del espejismo creado por la necesidad alienante del tener. Pase lo que pase y al precio que sea, hay que tener. Caiga quien caiga, pierda quien pierda. Se desvirtúe lo que se desvirtúe, hay-que-te-ner- y, ¿el ser? "No importa, el ser es mi bronca, ¿no?" y, ¿convivir con respeto? cuando "me convenga y me beneficie", ¿la participación? "pero si siempre es lo mismo, ¿para qué participo?" y ¿habitar en el mundo? "si yo estoy bien, lo demás no importa." ¿Hambre en el mundo? "Yo no tengo." ¿Calentamiento global? "A mi no me afecta y si no pues le muevo al interruptor del aire. Además a mí ni me va a tocar cuando los polos se derritan." ¿Contaminación? "¿Qué quieren que haga? Ni modo que no compre, que no gaste, que no genere basura" y asi, el tiempo y la vida nos va alcanzando.
Después de esta breve reflexión, valdrá la pena pensar en la importancia que tiene la dignidad humana ¿será una cuestión de tener o de ser? ¿será un asunto sólo de moral y de ética? ¿será algo de lo que unos pocos hablan sin convicción o es la esencia que nos define por personas?
Algunas notas para pensar: