Este es un blog a través del cual busco construir espacios de reflexión acerca de diversos contenidos de carácter académico que tengan como reto principal, relacionar conocimientos específicos con la reflexión ética y la vida ciudadana.
sábado, 16 de abril de 2011
'Visa al paraíso': la labor de un cónsul mexicano por judíos y españoles - Nacional - CNNMéxico.com
'Visa al paraíso': la labor de un cónsul mexicano por judíos y españoles - Nacional - CNNMéxico.com Gilberto Bosques... "JUSTO ENTRE LAS NACIONES".
jueves, 7 de abril de 2011
Reflexionando acerca de la docencia y el quehacer de la ética y la ciudadanía
| En la mirada del otro |
Adela Cortina y Emilio Martínez definen a la ética "como aquella parte de la Filosofía que se dedica a la reflexión de la moral." (2008, p. 9) También estos autores escriben que "filosofamos para encontrar sentido a lo que somos y a lo que hacemos; y buscamos sentido para colmar nuestras ansias de libertad, dado que la falta de sentido la experimentamos como cierto tipo de esclavitud." (p. 9) Dos palabras que encuentro clave en estas citas son REFLEXIONAR y SENTIDO.
"La moral es un saber que ofrece orientaciones para la acción." (p. 10) Como sustantivo, la moral es la "moral vigente" lo que una sociedad concreta define como modelo de conducta. También involucra el ámbito de las convicciones personales. Es el ánimo producido por el carácter y actitudes por una persona o grupo. La moral nos obliga a tomar decisiones y a dar razón de ellas. (p. 17)
Como adjetivo, "moral" tiene como antónimo "inmoral" (valoración que permite distinguir lo correcto de lo incorrecto). Otro opuesto de moral es amoral, permitiendo así elegir si una conducta puede ser calificada como parte del acto moral. Entonces nos queda calificar un hecho como moral o inmoral.
Por otro lado, "reflexionar", nos dice la RAE es considerar nueva o detenidamente acerca de algo. En cuanto al concepto "sentido", en el mismo diccionario podemos encontrar once acepciones, de la cuales la que mejor viene a esta reflexión es la que apunta que es "razón de ser o finalidad" o "modo particular de entender algo, o juicio que se hace de ello".
Heidegger escribió que "Reflexión es el valor de convertir en lo más discutible la verdad de los propios axiomas y el ámbito de los propios fines." Para alguien que lea esto puede pensar que es de triple derivada creo, volviendo al inicio de estas ideas, que hay que conocer distinciones fundamentales, hay que instruirse, leer y leer y volver a leer, hay que entender en mayor o menor grado de qué va la ética y de qué va el sentido que permite mover a la acción.
Hace casi un año, concluí mis estudios de maestría en Ética Aplicada, a lo largo del tiempo que me tomó concluir, enfrenté una situación personal que hizo doblemente complicado el proceso. Más de alguna vez me sentí al borde del fracaso y de hecho el cierre de este aprendizaje formal fue complicado, al grado de que pude no haber concluido este reto. A través del tiempo que duró este posgrado me sentí muy por debajo de muchos(as) de mis compañeras, aprendí que debía estudiar el doble o el triple y muchas veces no fue bastante, mi vanidad se vio golpeada, mi arrogancia desmoronada, debí aprender a ser humilde y a volver a levantar la mirada a pesar de lo complejo e incierto de mi camino. Sin embargo, con el paso del tiempo, aprendí que debía valorarme y reconocer lo que he aprendido y que la experiencia adquirida no me hacían menos.
Hace poco menos de un año, participé en un proceso de formación como instructora. Comencé a formar profesores o a capacitar (esto depende del académico) en ética transversal y descubrí que es una área que me fascina. Encontré que las horas de estudio, de éxito y fracaso de la maestría habían valido la pena. Sigo siendo quizá la más pequeña de todos mis compañeros formadores, nunca la mejor ni la más conocedora y mucho menos, sabia. Y descubrí que quiero seguir haciendo este trabajo y que por eso debo seguir estudiando y preparándome.
En el primer curso que impartí, descubrí que para trabajar la transversalidad (no importa la disciplina) debe haber una profunda convicción de que se puede lograr, una preparación constante, un orden que permita organizar y, especialmente, descubrí que se requiere una voluntad férrea, una convicción a toda prueba y que muchas veces, eso no basta. En el camino he encontrado profesores que de manera casi intuitiva son capaces de incorporar elementos para la formación ética y ciudadana y otros, que quieren hacerlo pero no saben cómo lograrlo. Hay un tercer grupo que sencillamente dice no, sin abrirse a la posibilidad de aprender a hacer de la ética y la ciudadanía una acción permanente.
Otro espacio que me fascina y en el que me he movido con más lentitud, es el de la ciudadanía ¿cómo ser mejor persona y al hacerlo ser mejor ciudadano(a)? ¿cómo enderezar aquello que me impide ser mejor persona y, en consecuencia mejor ciudadano(a)? Mejor persona en el sentido de buscar y luchar por el bien común. Mejor ciudadano(a) en el sentido de ser parte de la familia, del vecindario, de la ciudad trabajando por el bien común.
En la RAE, se lee que ciudadano es sinónimo de "hombre bueno", entonces ¿no estamos hablando de ética también? ¿Por qué esa necedad de separar a la ética y a la ciudadanía? Ética y ciudadanía deberían, deben ser en su concepción, en su teorización y, especialmente en su aplicacación, algo indivisible.
Si de ética y ciudadanía se trata, creo prioritario acercarnos y acercar a cualquier profesor que quiera intentarlo desde lo más simple hasta lo más elaborado a ambos campos de conocimiento y de aplicación. Quizá un(a) docente que no se ha desarrollado en los temas de la ética y la ciudadanía, pueda hacer mínimos cambios en su quehacer ¡está bien! lo está intentando y si lo acompañamos, podrá hacerlo mejor. Quizá otro(a) docente, podrá realizar cambios de fondo que muevan a acciones contundentes ¡afortunado(a)! Desde la ventana donde observo, "mí ventana", ambos extremos hay que saberlos respetar. Hay que saberlos guiar. Hay que dar oportunidad a que poco a poco el que quiere y está aprendiendo, vaya a su ritmo para que vaya construyendo confianza.Y el que quiere y puede hacerlo siga su exploración por la ética y la ciudadanía, cada vez con mayor profundidad.
Kirkegaard, escribió:
"Este es el secreto del arte de ayudar a los demás. Todo aquel que no se halla en posesión de él, se engaña cuando se propone ayudar a los otros. Para ayudar a otro de manera efectiva, yo debo entender más que él; pero, ante todo, sin duda debo entender lo que él entiende. Si no sé eso, mi mayor entendiemiento no será de ninguna ayuda para él. Si, de todos modos, estoy dispuesto a empacharme con mi mayor entendimiento, es porque soy un vano o un orgulloso, de forma que, en el fondo, en lugar de beneficiarle a él, lo que deseo es que me admire. Porque ser maestro no significa simplemente afirmar que una cosa es así... No, ser maestro en el sentido justo es ser aprendiz. La instrucción empieza cuando tú, el maestro, aprendes del aprendiz, te pones en su lugar de modo que puedas entender lo que él entiende y de la forma en que él lo entiende".
Estoy convencida de que es así. En los cierres de curso, casi siempre digo a los participantes que soy privilegiada porque al final del día yo aprendo de todos. Qué bonito eso de "entender lo que el otro entiende y de la forma en que él lo entiende"
He encontrado en este recorrido que hay temores pues incorporar, en este caso la ética y la ciudadanía, implican exponerse a áreas de conocimiento poco exploradas por los ingenieros, los arquitectos, los contadores, los administradores, por mencionar algunas profesiones. He hallado que es importante bajarse del pedestal de la sapiencia y aprender a acompañar con calidez y cariño, con convencimiento para así dar un sentido a los esfuerzos que se hacen para fomentar la reflexión en torno a la moral y de la mano a la vida como ciudadanos(as).
Soy afortunada porque cuando otros aprenden, yo aprendo. Cuando otros piensan, yo pienso. Cuando otros diseñan...yo me reinvento y aun así, sigo estando al final de la fila de los conocedores en cuanto a la ética y la ciudadanía. He aprendido que la ética y la ciudadanía comprometen a quien busca, a pararse frente al espejo de su alma y confrontar al yo y a uno mismo para poder, desde la sencillez y la humildad, mirar con detenimiento y respeto al otro.
Referencias:
Cortina, A. Martínez, E. (2008). Ética. 4ta. Ed. Akal: Madrid.
Kirkegaard, S. (1988). Mi punto de vista. Aguilar: Madrid
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