viernes, 13 de agosto de 2010

Rabiosa de rabia e impotente

Esta mañana escuché la nota reportando las recomendaciones del CNDH relacionada con los acontecimientos del pasado 19 de marzo. Algo me molestó. Corriendo el día, mi molestia aumentó y se transforemó en rabia, más cuando leí en uno de los diarios más importantes del país. Ahora entiendo porqué el sentimiento que yo pensaba exacerbado por parte de mis amigos y compañeros de Campus Monterrey, se pone de manifiesto una y otra vez. Quizá, sólo quizá me acerco un poquito a lo que han venido sintiendo en los últimos meses.
He leído algunos comentarios donde se afirma desde que el Dr. Rangel (Diario Reforma) se va por lo ocurrido; también de hasta quienes defienden lo indefendible: que no se entiende al ejército. Se que en una institución como el Ejército de nuestro país hay actos desde heroícos hasta los más denesnables. No puedo justificar la violencia, la saña que se filtran de los actos de individuos parte del ejército dentro de la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Qué bueno y se ha dicho, que en el Tec de Monterrey ha habido personas -léase el Dr. Rangel-, que han luchado porque la verdad salga a la luz. Porque la comunidad Tec asuma una postura congruente con lo que es y se cuestione de manera tajante el rol que ha venido desempeñando a lo largo del tiempo en el ámbito de la ética y de la ciudadanía, demandando de todos un actuar a la altura de la institución y del país que habitamos. Seguramente algún vagabundo lector que pueda llegar a leer esto dirá que escribo desde sobrestimar los alcances del Tec de Monterrey y no es así. En 25 años he pasado por 3 instituciones destacadas, como estudiante, y/o como profesora pudiendo con esto tamizar mis posturas.
Me siento triste, enojada...ra-bio-sa, nunca nada será suficiente por las vidas de los que caen inocentemente. Por aquellos que llegaron al lugar NO EQUIVOCADO, en el momento menos apropiado. Nunca nada será bastante para cualquier ser humano que permanece en el anonimato porque no hay quien luche y de la cara por él. Nunca nada será bastante ni compensará el sacrificio de vidas de la manera más absurda y estúpida.
Paz a las familias. Paz a la comunidad. Paz a este país maravilloso y terrible a la vez.
Me queda claro que como ciudadana debo encontrar nuevos y más caminos para expresarme, para actuar. En eso ando y andando, cierta estoy sin miedo y paso a paso.

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