Acabo de concluir un semestre rico e intenso... Me he encontrado con excelentes personas, por su educación, por su dedicación, por la seriedad con la que son capaces de hacer cada una de las cosas que se les encomiendan. Hasta el jueves en la madrugada, podría haber metido las manos al fuego por casi todos mis alumnos. Hoy, tristemente, ha cambiado este punto de vista. Cuando trabajo con mis estudiantes, parto del principio de la confianza. No concibo que siendo profesora, en contacto permanente con personas, anteponga desconfianza y, en apego a ello, así he actuado este semestre como tantos otros.
Hace tiempo que pienso que si un alumno copia es por que no le ha quedado claro que DEBE trabajar en ser mejor persona en el día a día y evitar prácticas que comprometan su desempeño académico, su credibilidad, la confianza que se deposita en él.
Me dicen que no me enoje, que no me "enganche" cuando encuentro trabajos copiados. Ya no me enojo, siento lástima y pesar. Si hay una parte de mi que reclama el derecho a que mi inteligencia, mi trabajo, las horas-diseño-pensamiento dedicadas sean respetadas.
Por circunstancias que no vienen al caso, me enfrento al reto de sancionar casos de Deshonestidad Académica dentro de cursos de Ética... qué paradoja ¿verdad? Pensando y repensando, analizo el nivel de responsabilidad que puedo tener en estos casos. Me hago muchas preguntas. Encuentro pocas respuestas. Soy una buena profesora, años de estudio y trabajo constantes me respaldan. No soy perfecta. Sin embargo, cada día -con más o menos éxito- trabajo en las aristas de mi persona -hay muchas todavía-. Confío mucho, mucho en mis estudiantes.
Me aseguro de que haya instrucciones, las medio leen. En lugar de leer preguntan y se quedan con la respuesta verbal aunque ésta sea: lee lo que escribí. Procuro estar al pendiente de lo que necesiten los chavos. Cuido de, con el ejemplo, mostrar cómo se cita, cómo se escribe. Coloco fuentes en los materiales que utilizo. Empleo recursos desde los sitios de origen. Por convicción, por respeto y porque creo que es enseñar mostrando cómo desarrollo mis trabajos...¿tan difícil es captarlo? ¡Diablos! Me siento impotente, me siento muy pero muy cansada.
No me conformo diciendo "con uno que lo haga bien es suficiente". En absoluto lo es y menos cuando estamos en un sitio que busca la excelencia, que parte del hecho de tener personas excelentes. Que busca la excelencia en pro de ser mejores personas para intentar "dejar el mundo mejor de como lo encontramos" Entonces, ¿sólo es un cuento? ¿es una mentira que, como aprendimos en el MyM, se ha repetido tantas veces que ya se creyeron que por gracia divina ya lo saben todo, lo pueden todo, haciendo de su estatus de estudiantes tan sólo una comedia, una mascarada que tarde o temprano se vendrá abajo?
Se me atoran las palabras y los pensamientos... En la página titulada "La honestidad" se lee:
"Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.
La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.
¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.
Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad.
La pregunta
Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor),
si fuera igualmente puro y franco,
tan puro y franco como tú,
igualmente libre de malas intenciones,
de extorsiones y engaños,
de planes para burlar al prójimo,
de planes para engañar al prójimo,
de planes para aplaudir al desalmado...
¿sería mejor el mundo?
Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra)
¿sería un mundo más noble,
totalmente despojado
de engaños y falsías,
la malicia, el egoísmo y la lujuria
se borrarían bajo esa costra
que cubre el corazón humano?
Dime, si a ti te imitara,
¿sería mejor el mundo?
¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.
Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad.
La pregunta
Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor),
si fuera igualmente puro y franco,
tan puro y franco como tú,
igualmente libre de malas intenciones,
de extorsiones y engaños,
de planes para burlar al prójimo,
de planes para engañar al prójimo,
de planes para aplaudir al desalmado...
¿sería mejor el mundo?
Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra)
¿sería un mundo más noble,
totalmente despojado
de engaños y falsías,
la malicia, el egoísmo y la lujuria
se borrarían bajo esa costra
que cubre el corazón humano?
Dime, si a ti te imitara,
¿sería mejor el mundo?
BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS.
Desde ahí, uno empieza a entender la realidad de la honestidad."
Fuente: La honestidad. En: http://www.proyectopv.org/1-verdad/honestidad.htm. Recuperado el 5 de diciembre de 2010.
Esta noche, mi espíritu se siente profundamente triste, cansado... mañana será otro día.




